Cuando hablamos de un reloj automático, nos estamos refiriendo a un reloj mecánico. Una tipología muy común en el mundo de la relojería que se caracteriza por su capacidad de darse cuerda él mismo con el simple hecho de llevarlo puesto. El movimiento del brazo es el responsable de que su mecanismo se vaya cargando automáticamente.
Los mecanismos de los relojes automáticos son altamente complejos. Los calibres responsables de la transmisión de la energía para mover las manecillas, requieren de una alta precisión. Un trabajo muy riguroso solo apto para verdaderos maestros de la alta relojería.
Cada firma de relojería cuenta con sus propios calibres. Una carrera de fondo en la que compiten sin descanso para conseguir la máxima precisión y exactitud posible. Los niveles de complejidad son tan altos que muchas veces superan las 300 piezas.
Su sistema, además, es mucho más resistente al polvo y a la humedad, que el que pueda tener un reloj de cuarzo. El hecho de no tener que dar cuerda de forma recurrente a su mecanismo a través de la corona, lo protege de los agentes externos.
Es el movimiento del cuerpo el que hace girar el rotor interno alrededor de un pivote. Esta energía se transfiere a un muelle que la almacena y la va liberando de forma progresiva y controlada. Esto es posible debido a su increíble sistema de engranajes.
No todos los relojes automáticos tienen un sistema de cuerda manual. Si nuestro reloj de para, tendremos que mover el brazo ligeramente hasta que veamos que se vuelve a activar.
Si por el contrario, nuestro reloj dispone de un mecanismo manual de cuerda, podremos recurrir a ella cuando éste se detenga. Esto suele suceder cuándo estamos unos días sin ponernos el reloj. De todas formas, no es muy recomendable dar cuerda de forma recurrente, ya que cuánto menos se recurra a ella, más durarán los componentes. Te recomendamos siempre seguir las indicaciones del fabricante, ya que cada reloj tiene un movimiento distinto.
Por último, si en cualquiera de los dos casos, detectas que el movimiento no se activa, probablemente sea porque exista un problema interno del mecanismo. En este caso, no lo fuerces y llévalo de forma inmediata a nuestro servicio técnico para que podamos analizar y reparar el problema.
En Clemència Peris Watches somos expertos en la reparación de relojes automáticos. Si precisas de una revisión o de un servicio de reparación, ponte en contacto con nuestro taller de relojería de Barcelona. Nuestros asesores te harán un diagnóstico completo para poder proporcionarte un presupuesto a medida.